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Saltillo 1940 - 1950

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Proyecto editorial

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Dirección General: Dolores Quintanilla Rodríguez Editor de Contenido: Valdemar Ayala Gándara Coord. de Producción: Miguel Gaona Editora de Arte y Diseño: Jazmín Esparza Fuentes Diseño Editorial: César Nájera ZapataEnlace Administrativo: Carmen González CruzD.R. Quintanilla Ediciones Josefina Rodríguez 1027 Col. Los Maestros C.P. 25260. Saltillo, Coahuila www.quintanillaediciones.com / editorial@quintanillaediciones.com Editorial afiliada a la CANIEMSaltillo 1940 - 1950©© ® Todos los derechos reservados. Prohibida la reproducción total o par-cial de esta obra, sin previa autorización.Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada en algún sistema de recuperación de información o trasmitida de cual-quier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación, etc.), excepto por citas breves en revistas importantes impre-sas o reseñas en artículos, sin la previa autorización de la editorial.Primera ediciónImpreso y hecho en México

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Susan SontagTodas las fotografías atestiguan la despiadada disolución del tiempo.

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5Nací en la primera mitad de los años cincuenta, mis recuer-dos de esos años acerca de Saltillo son diáfanos, como sus calles, su Alameda Zaragoza, la Rotonda de nuestro héroe del que Coahuila lleva su nombre. Mi padre era juez en la ciudad de San Pedro de las Co-lonias, veníamos a Saltillo cada fin de semana, aquí estaba el amor más entrañable: los abuelos y nuestra tierra, aquí habíamos nacido. A la proximidad de la entrada a Saltillo, por la carretera, mi papá vocalizaba el inicio de la 5ª Sin-fonía de Beethoven: “¡Taaa taaa taaa taaan… Saltillo!”. Nos incorporábamos del asiento del carro de aquellos años, los niños podíamos ponernos de pie dentro de él sin nin-gún problema, veíamos a lo lejos las luces, si era de noche, o sus montañas, muy cerca el Cerro del Pueblo, como si nos brindara la bienvenida a la luz del sol; brincábamos de emoción, era el sinónimo del amor de los abuelos, aunado al ver la gran metrópoli, comparada con la ciudad donde vivíamos y nuestra pequeñez. AntecedentesDentro de esa misma década de los años cincuenta, a mi papá le ofrecieron dentro del gobierno un puesto me-jor, y lo mejor consistía en regresar al terruño, Saltillo, que algo tiene pues nos estira a permanecer en él. Al pasar por el Merendero Saltillo, mi mamá comentaba que ahí le gustaba cenar a Benito Juárez; en ese entonces no sabía-mos que fue por poco tiempo, pues su paso por Saltillo fue corto; sentía que Benito Juárez era mi contemporá-neo, que él era de Saltillo, tanto que lo asociaba con el olor a pan de pulque. Saltillo de mis amores era una ciudad tranquila, y cómo no iba a serlo, si mis hermanos y yo nos íbamos solos ca-minando a la escuela; vivíamos en la calle de Aldama, casi esquina con la calle General Cepeda, y cruzábamos todo el centro de la ciudad: la calle de Allende, la Plaza Manuel Acuña, enfrente de lo que había sido el Teatro García Ca-rrillo, así, casi en ruinas, como hasta la fecha.

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8Antecedentes de los fotógrafosEn los años setenta Saltillo se urbanizó y se convirtió en una ciudad industrial; sin embargo, no ha perdido su en-canto provincial, y donde me parece escuchar aún el rui-do de las acequias en los barrios al poniente de la ciudad y las huertas al sur de la misma. Todavía se conserva el bondadoso olor a pan y a hierba nueva, como los jardines de su Alameda.Manuel y Salvador García Martínez, autores de las fotografías de este libro, fueron hijos del afamado fotó-grafo guanajuatense don Romualdo García Torres, quien nació en Silao, Guanajuato, el 6 de febrero del año de 1853, hijo de Sóstenes García, originario también de Silao, y Feliciana Torres, de Ciudad González, hoy San Felipe Torres Mochas, Guanajuato. El pequeño Romualdo pasó su primer lustro de vida en su pueblo natal, importante zona del Bajío debido al comercio de los diversos pro-ductos salidos de las grandes haciendas cercanas a Silao.Feliciana Torres, madre de Romualdo, recibe una invi-tación de parte de un pariente lejano, Cenobio Vázquez, quien regenteaba una botica ubicada en la capital de Guanajuato, justo en la calle de la Cruz Verde. El boti-cario da empleo a la madre de Romualdo como ama de llaves y le ofrece vivir en el segundo piso del negocio.Ya instalados en Guanajuato, Romualdo asiste a la Es-cuela de Belén. Al poco tiempo empieza a trabajar en la botica de don Cenobio y realiza tareas menores, como lavar recipientes en los que se preparaban y vendían los medicamentos. Siendo un adolescente conoce a don Vi-cente Fernández, quien también era de Silao, y recibe de éste los principios elementales de física y química; ade-más, Fernández era un serio aficionado a la fotografía. Al término de la escuela primaria, Romualdo se matri-cula en la Escuela de Artes y Oficios, toma asignaturas de dibujo y pintura, y uno de sus profesores fue el conoci-do pintor Luis Monroy, egresado de la Academia de San Carlos; también estudia música y aprende a tocar varios instrumentos.Romualdo deja el empleo de la botica, y alterna su trabajo como músico ya que formaba parte de una banda con sus primeros trabajos fotográficos, los cuales tienen éxito. Así es como le dedica más tiempo a la fotografía, debido a la aceptación de sus fotos entre la gente.Romualdo procreó cinco hijos con María Guadalupe Martínez Rivascacho, hija de Manuel Martínez y Joaquina Rivascacho. Romualdo y María se casaron por lo civil el día 5 de diciembre de 1895 en la ciudad de Guanajuato, pero tan sólo 19 días después, justo el día de Navidad, decidieron terminar su matrimonio ante el juez civil Je-sús Carrasco, quien los había casado semanas antes. Los hijos de la familia García Martínez fueron: Sara, quien nació el 2 de enero de 1888; Amalia, nacida el 10 de octubre de 1889; Manuel, quien llegó a este mundo el 15 de marzo de 1891; Salvador, que vio la luz el 25 de diciembre de 1892 y, por último, Adriana, quien arribó

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10Salvador García, autor de las fotos de postales de Saltillo entre 1940 y 1950, junto al torero Fermín Espinosa “Armillita” chico.

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13el 30 de diciembre de 1894, y todos vivieron bajo el mismo techo en el Barrio del Zapote no. 13, de la ciu-dad de Guanajuato, Guanajuato.Romualdo imprime estampas religiosas, sacadas de pinturas del templo de la Compañía de Jesús. Se dedi-ca de lleno a la fotografía, instala su estudio fotográfico en el año 1887, en la calle de Cantarranas no. 34, y en donde arriba se leía un anuncio: “Fotografía instantá-nea”, símbolo de cambio y modernidad.Con el paso el tiempo la fotografía se vuelve más barata, esto permite que los estratos sociales de re-cursos bajo puedan acceder a un retrato, perpetuar y poseer una imagen de un familiar, de un hijo, hermano, esposa, etcétera. Una característica del estudio de Ro-mualdo es que fotografía lo mismo un rico hacendado que un campesino o un minero, o bien a un doctor o un licenciado y, sobre todo, a grupo familiares. En el estudio de Romualdo García la fotografía post mortem cobra un auge importante durante muchos años, desde finales del siglo XIX hasta las primeras dos décadas del siglo XX. Esta costumbre de retratar, sobre todo, a los pequeños muertos, llamados popular-mente “angelitos”, se daba principalmente entre la gente pobre, pues los ricos no solían pedir que se retratara a sus difuntos. En 1889 Romualdo participa en la Exposición Universal de París con varios de sus retratos, obteniendo una meda-lla de bronce en 1900. Participa nuevamente en la Expo-sición Universal de París, esta vez con vistas campestres, nubes y otros temas, y obtiene otra medalla de bronce.El gran acervo de negativos acumulados durante años por Romualdo García se pierde por la gran inundación que sufrió la ciudad de Guanajuato en 1905. García aban-dona su quehacer fotográfico en 1912, y deja el estudio al mando de sus hijos Manuel y Salvador, quienes continúan la labor de su padre, pero ahora en la toma y comerciali-zación de imágenes para tarjetas postales, en un inicio de la ciudad de Guanajuato, para luego continuar en muchas ciudades de la república.1Don Romualdo García muere el 17 de julio de 1930, a la edad de 77 años, víctima de cáncer de riñón. 1 “Romualdo García Torres, 165 años de su natalicio”. El Heraldo de León.Salvador García, autor de las fotos de postales de Saltillo entre 1940 y 1950, junto al torero Fermín Espinosa “Armillita” chico.

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14AbbottPequeña calle de tan sólo una cuadra, antiguamente llevaba el nombre de Calle del Teatro, ya que sobre la parte sur se encontraba el Teatro Acuña, perdido en el año de 1902 debido a un incendio.El actual nombre de la calle es en honor del ingeniero Teodoro Sperry Abbott, estadounidense nacido el 21 septiembre de 1855 en Ustick, White-side, Illinois, y cuyos padres fueron Asa M. Abbott y Zahara A. Sperry de Abbott. Teodoro Abbott llegó a Saltillo a trabajar como ingeniero civil en el año de 1883. Se graduó de la Universidad de Illinois en 1877. Entró en el servicio de trenes en 1879 como dibujante en la línea de Atchison Topeka y Santa Fe. Consecutivamente entre 1881 y 1888 fue ingeniero de la oficina mexicana del Ferrocarril Nacional, en la Ciudad de México; de 1888 a 1889, fue ingeniero principal del Ferrocarril Mexicano; entre 1889 y 1892 se desempeñó como ingeniero para el Gobierno de Coahuila; en 1896 fue nombrado ingeniero jefe del ferrocarril Coahuila y Zacatecas, puesto que desempeñó durante varios años, y también fue jefe de máquinas del Ferrocarril Coahuila y Pa-cífico.2El 11 septiembre de 1884 se casó con Aurelia Grace Alling, en Saltillo, Coahuila, y murió el 16 de agosto de 1934 en la ciudad San Antonio, Texas. Su esposa trasladó los restos de su marido a Saltillo, ya que así lo había pedido el ingeniero Abbott, donde descansa en el Panteón Santiago.2 Directorio biográfico. Funcionarios del Ferrocarril de América. Edición de 1906. Editado y compilado por T. Addison Busbey, editor asociado.

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17Salvador García, autor de las fotos de postales de Saltillo entre 1940 y 1950, junto al torero Fermín Espinosa “Armillita” chico.

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19La estatua ecuestre del general Ignacio Zaragoza fue colocada por el go-bierno estatal el 5 de mayo de 1897.La obra fue realizada por el escultor hidrocálido Jesús Contreras, quien había celebrado un contrato con el Gobierno de Coahuila para efectuarla. Sin embargo, al terminar de fundir la obra, el artista vendió la monumental pieza a las autoridades de la ciudad de Puebla, quienes al verla antes se habían interesado en adquirirla. Al poco tiempo, Contreras se vio obligado a cumplir el contrato original y, por ello, realizó una segunda obra.Zaragoza

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22Salvador García, autor de las fotos de postales de Saltillo entre 1940 y 1950, junto al torero Fermín Espinosa “Armillita” chico.

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Josena Rodríguez #1027, Col. Los Maestros. CP 25260. Saltillo, Coahuila, México. (844) 364 9775. editorial@quintanillaediciones.com. www.quintanillaediciones.com Esta obra se encuentra protegida por la Ley Federal del Derecho de Autor y/o por cualquier ley que resulte aplicable. Su función es únicamente promover un producto cuyas características editoriales y/o contenidos grácos-literarios son propiedad de Quintanilla Ediciones. Queda prohibida la reprodicción de su contenido o características sin autorización escrita de la empresa.